Si mi semblante está triste,
no preguntes qué sucede,
simplemente abrázame fuerte,
las palabras sobran, conceden.
Si mis ojos están llorosos,
déjame expresarme así,
porque es la única forma
de aliviar lo que hay en mí.
No soy igual que los demás,
me cuesta expresar lo que siento,
y me siento como en un desierto,
sin agua ni compañía, sin viento.
No juzgues lo que soy,
sólo ayúdame a salir de aquí,
porque mi boca no puede contar
lo que mi corazón quiere decir.
Ayúdame a escapar de este tormento,
en mi cabeza hay huracanes y tempestades,
son sentimientos que están sueltos,
y no puedo controlar mis verdades.
Ayúdame, por favor, ayúdame,
este silencio me está matando,
este frío que siento me congela,
y las esquinas de mi habitación son mi resguardo.
Escondo mis temores detrás de una sonrisa,
trato de mentir que estoy bien,
pero, ¿a quién engaño con mi farsa?
Digo que soy feliz, mientras lloro sin fin.
¿A quién intento engañar?
Que alguien me brinde su apoyo,
porque no quiero vivir así,
quiero romper el silencio, sin temor ni enojo.
Soy parte del mundo, pero me excluyo,
el silencio es mi forma de comunicar,
que no estoy bien, que necesito ayuda,
cualquiera puede verlo en mis ojos, sin hablar.
No juzgues lo que soy,
no busques respuestas, ni razones,
sólo deja que poco a poco,
sea yo mismo quien cuente mis emociones.
Quisiera a veces ser distinto,
ver a los demás vivir sin temor,
quisiera despertar y pensar que todo es un sueño,
pero la realidad me golpea, sin pudor.
Ayúdame a vivir, quiero ser feliz,
no quiero vivir en el miedo,
quiero ser libre para expresar lo que siento,
y ser yo mismo, sin temores ni enredos.
